En las primeras Constituciones de la Orden, en 1272, la Orden recibe
ya el título de "Orden de la Virgen de la Merced de la Redención de los
cristianos cautivos de Santa Eulalia de Barcelona".
En el año 1265 aparecieron las primeras monjas (comendadoras) de la Merced.
Se calcula que fueron alrededor de trescientos mil los redimidos por los frailes mercedarios del cautiverio de los musulmanes.
Los seguidores de la Orden de la Merced estuvieron entre los primeros
misioneros de América, en la isla de La Española o República
Dominicana.
La
Orden de la Merced se fundó en la catedral románica de Barcelona, el 10 de
agosto de 1218. Su Fundador, San Pedro Nolasco, con un grupo de laicos
catalanes, y con el apoyo del joven Rey Jaime I, y del Arzobispo Berenguer de
Palou, llevó a cabo la creación de una Orden Laical para la redención de
cautivos cristianos.
El
Papa Gregorio IX, desde Perusa, confirmó solemnemente la Orden de la Merced el
17 de enero de 1235. Tuvo Constituciones propias de una Orden Laical, y siguió
la Regla de San Agustín.
En
Asamblea electiva, los 259 frailes mercedarios -laicos y clérigos- manifiestan
su deseo mayoritario en elegir a un General clérigo, en 1317, un siglo después
de la fundación. Raimundo Albert, nuevo General, mandó redactar nuevas
Constituciones (1327). Desde entonces, la Merced es canónicamente Orden
clerical, aunque admita "Hermanos seglares como Religiosos", en igualdad
fraterna.
Se
calcula que la Orden de la Merced, hasta vísperas de la Revolución Francesa,
redimió unos 70.000 cautivos. Los bienes que poseía eran, en realidad, bienes
para la redención. En virtud de su "cuarto voto", cada mercedario profesaba
"quedar en rehenes, si fuere preciso, en lugar de un cautivo, sobre todo si su
fe peligraba". Hoy sigue vigente este cuarto voto.
Actualmente, en las llamadas "nuevas formas de cautividad", sigue ocupándose,
con preferencia entre los refugiados, exiliados, inmigrantes, prisioneros,
"Meninos de rua" (Brasil), y de aquellos que están faltos de libertad, o cuyos
derechos fundamentales son conculcados.
Ya
desde el segundo viaje colombino, iba, al menos, un mercedario -según Mártir de
Anglería- como Capellán del Almirante. Desde 1514 existe un convento en santo
Domingo. Después se crean ya Cuatro Provincias que, a su vez, se organizan en
Doctrinas. Dos características propias:
l) La Merced
colaboró, con la plata que llegaba de América, a la redención de
cautivos.
cautivos.
2) Logró que
arraigase profundamente la devoción a María de la
Merced.

La iglesia reconoce, honra y venera a
la Stma. Virgen María, principalmente, con el título de madre: Madre de Dios y
Señor Jesucristo, y Madre de la iglesia, de todos los hombres, ya que la
redención de Jesucristo es universal y todos los hombres son llamados a
pertenecer al pueblo de Dios, la Iglesia.
El
culto a la Santísima Virgen hunde sus raíces en los primeros siglos del
cristianismo.
Con San Pedro Nolasco, en la primera mitad del siglo XIII,
comienza a invocarse a la Stma. Virgen bajo el conocidísimo título “de la
Merced”. Santa María de la Merced es ciertamente una invocación antigua, pero
siempre nueva y actual, porque expresa un aspecto esencial del misterio de
María, evocando su presencia maternal y misericordiosa a favor de los fieles
cristianos “que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas
de toda opresión, alcancen la plena libertad del cuerpo y del espíritu”.
Venerar
a la Virgen, bajo el título de la Merced, es lo mismo que recurrir a ella como
madre de misericordia a favor de aquellos que son los más marginados de la
sociedad. “Merced” en la edad media es sinónimo de misericordia, piedad o
compasión, ejercida para con aquellos que se hallan privados de libertad y en
peligro de perder su fe cristiana. La misericordia mercedaria es efectiva y
afectiva, no humilla a la persona, sino, por el contrario la redime y libera, la
dignifica. De esta misericordia está necesitado el mundo actual.
DEVOCION

La llegada de la orden religiosa de los mercedarios a América,
un poco relacionada con el antiguo espíritu de los caballeros que
fueron a las Cruzadas a Tierra Santa y juntamente con el culto de la
Virgen Compasiva, coincide con el poblamiento de las principales
ciudades andinas cercanas a la línea ecuatorial como son: Cuzco, Lima, Quito y la Villaviciosa de la Concepción o San Juan de Pasto
no obstante que esta última tenía como patrona religiosa a la Pura y
Limpia Concepción como su nombre lo indica. El Convento Mercedario
primeramente se funda en Santiago de Cali
hacia 1536 y en Pasto hacia 1545 y la iglesia anexa desde 1550,
volviéndose muy famoso el ornato de este templo con una puerta labrada
con leones dorados en su parte superior, imitando a los que fueron
concedidos, junto con el título de ciudad y el sobrenombre de San Juan Bautista, a la Villa de Pasto, es conocida popularmente en San Juan de Pasto como la Michita Linda
Es en el siglo XVIII, de acuerdo al minucioso relato de José Rafael Sañudo, cuando la Virgen de las Mercedes aparece como protectora del Cabildo y pueblo de San Juan de Pasto
respecto de erupciones y terremotos y otros eventos naturales dañinos,
de hecho empieza a figurar la graciosa imagen como si fuera la que tiene
el mando o el gobierno de Pasto. Son la fuerza de la tradición oral así
sustentada y, en parte, el sincretismo o mestizaje religioso que la
acompaña, los factores por los cuales se puede considerar a la Virgen de
las Mercedes como Gobernadora de la Ciudad y no porque alguna autoridad
civil en el siglo XX lo haya establecido por decreto. En 1612 se
completó el templo de la Merced en Pasto y el trabajo en madera ocupó a
los artesanos y escultores Lázaro de Vergara (las dos puertas talladas,
tirantes para los alfarjes de tipo mudéjar en la nave y el presbiterio),
Rodrigo de Chaves (cantería de la portada y esculturas), el batihoja y
doradores Juan de Echeverri, Francisco Gallardo y Francisco Benítez más
el tabernáculo de tres cuerpos realizado por Gómez de Rojas en 1660.

La devoción a la Virgen de la Merced se difundió en Bolivia, en el departamento de La Paz,
donde hoy se le rinde veneración, al año se le cambia 3 veces sus
vestiduras, la primera vez que se le cambia es la fecha del 3 de agosto
recordando la primera vez que derramó lágrimas, la segunda vez el 24 de
septiembre recordando su fiesta y la tercera y última vez en Navidad
como regalo a su devoción. El 24 de septiembre en la Iglesia de la
Merced se celebra una eucaristía de fiesta, nueve días antes se le reza
la novena y al finalizar existe una gran procesión en su honor. En
Potosí, se celebra una solemne y lucida fiesta organizada por la
Archicofradía de Nuestra Señora de La Merced, institución fundada en
1730 y que llegó a cobijar en el siglo XVIII a 10.000 cofrades.
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